BeSaNDo SaPoS

De todo y nada, de lo que gusta y lo que no, de cosas vanas, de verdades y mentiras, de lo que pienso y de lo que no...nada mío y de muchos...

lunes, agosto 29, 2005

Ironizando las 24 horas de un periodista


Dije que escribiría sobre las razones de peso para afirmar que un periodista es tratado injustamente, por el mundo intelectual.-en esta parte, imaginemos a un perrito en el umbral de la puerta, con las orejas caídas y bajo la lluvia ohhhhh!!!-

Primero que todo, hablaré de la labor del reportero. Ese personaje polifacético que trabaja casi ad honorem en alguna redacción local y que para tener un sueldo digno, emula a una spongie multiuso, haciendo malabares en una revista, una radio y un canal de televisión.

Para ilustrarlo, hagamos el símil con un director de orquesta que además, debe tocar el violín, el triángulo, la flauta traversa, la viola...etc. Los instrumentos del periodista en este caso, son: la grabadora, la cámara de televisión y la clásica libreta de apuntes tamaño mini.

Hay que añadir otro ingrediente, pero separado por género. Para los hombres está la lucha con las periodistas mujeres que gritan que no les toquen sus "private parts"(honestamente, no creo que sea a propósito, porque entre tanto malabar, uno no piensa en el touch). Para las periodistas, este factor sorpresa es justamente intentar que no la toquen.

Vamos al acceso a la fuente. Bajo mi experiencia, las documentales son las más dispuestas a contestar mis inquietudes. Las que se mueven son algo más reacias, ok, la excepción son los políticos en períodos de elección, luego contratan espanta reporteros, que muchas veces, son periodistas trabajando para el lado oscuro de la fuerza (se aburrieron de que les toquen las private parts jajaja o quieren irse de la casa de los papás).

SIEMPRE que digo que necesito una entrevista, mi fuente de información pone cara de lata o trata de huir. Una vez descubierto esto, me pongo las zapatillas de clavo e insisto. El que la sigue la consigue, ¡esa es la consigna coleguillas!. Hinchar, hinchar e hinchar, es algo que me resulta con mi mamá, así que lo apliqué a la fuente esquiva.

Pasemos a otro ítem. El teléfono (para menores de 15 años):

- Editor:¡Hola querido amigo!, ¿cuándo me podrías tener la nota?, ¿tú crees que será luego?, si no puedes, no te preocupes, te subiremos el sueldo por tu esfuerzo.
- Periodista: ¡Hola amigo editor!, intentaré hacerla lo antes posible, es que el entrevistado tiene una reunión. Gracias por el aumento de sueldo.

(Para mayores de 15 años)

Editor: ¡Dónde estás %$&%$&/·!, deberías estar acá hace media hora %&$/&$, me importa una raja que el entrevistado esté en reunión, tienes 10 minutos!, de otra forma te vas cag…!
Periodista: ……………

Esta conversación (monólogo) se repite en reiteradas ocasiones y el reportero con el único terno que tiene, porque no puede pagar otro, intenta no transpirar, ni tampoco caminar, porque ya pegó los típicos zapatos café con hebilla al lado, como mil veces, porque está de pie todo el día. (no se compra nuevos, porque…NO TIENE PLATA).

Para graficar, diré que un periodista de un diario, gana entre 200 mil y 300 mil pesos (uno joven,otro con más experiencia hasta 700 mil, pero eso luego de muuucho tiempo).

Cuando le dan la entrevista, vuela, transpira (pucha! va a tener que lavar el terno debajo del brazo), llega, el editor está con cara de pocos amigos (interpretan sexo sin amor), termina de redactar, se abrazan con lagrimones y prometen no incurrir más en desagravios (¡sí oh! Jaja).

Termina su día luego de 12 horas de trabajo, los pies hinchados, dolor de cabeza y sin haber comido. Va camino a su casa calculando en las horas que dormirá (como 5 ó 4) luego de leer los diarios e informarse. En tanto, se encuentra en la calle con unos amigos que le preguntan por la actualidad nacional y sale el tema ético de los periodistas, su ignorancia, miles de conocimientos con un cm de profundidad…y un eterno etc…es ahí cuando me dan ganas de decirles a los críticos improvisados, todos los improperios que se pueden aprender de un editor :).

¿ME ENTIENDEN AHORA?

PD: El trabajo de un periodista es sacrificado, fuera de todas las bromas, esto es cierto.
PD: La mayoría de mis amigos egresados, trabajan toda la semana y ganan el sueldo mínimo, tienen 3 días libres y 15 de trabajo y los que boletean, ganan 70 mil pesos y tienen más de una pega…ESTO ES AMOR Y VOCACIÓN, somos humanos, nos equivocamos y amamos lo que hacemos, hay formas y formas de criticar…

domingo, agosto 28, 2005

¡Ay con el Periodismo!


Ufff! no sé ni cómo partir esto. Estuve en el blog de Mauricio Hofmann y nunca deja de sorprenderme la cantidad de personas que tienen algo que decir sobre la profesión que escogí. Debo admitir que es algo fascinante, pero también quedo con un dejo amargo al seguir comprobando que la mayoría de las personas tienen una imagen tan triste de mi carrera. Siempre algo que criticar, siempre algo malo qué decir.

Creo firmemente que las críticas constructivas, nos ayudan a crecer y a superarnos, pero cada vez que entrevisto a alguien, cada vez que digo que saldré de Periodismo en diciembre, me ATACAN con una serie de argumentos (bastante soberbios). No sé porqué, pero la mayoría de las veces me da la sensación de que comienzan una pelea a muerte contra los periodistas, para poder ponerles el pie encima y ser triunfadores ante la profesión que "supuestamente" debe saberlo todo (Sé que es exagerado, pero dejen que también lo haga un poco).

Yo me pregunto... ¿cómo saberlo todo?, eso es imposible. Obviamente no podemos acumular los conocimientos y estudios de todos los ámbitos del saber, dicho así parece algo lógico, pero siempre me encuentro con comentarios del tipo "los periodistas no deberían escribir de medicina, ni de tecnología, ni de ciencia, ni de leyes, ni de economía, porque no tienen conocimientos profundos", en el fondo no podríamos escribir de nada, porque no sabemos más que nuestros entrevistados.

Una vez (y ante la mirada atónita de mi papá), en una comida en mi casa, su jefe dijo que los periodistas somos todos ignorantes porque en una entrevista que le hicieron, el profesional le preguntaba cosas básicas (cabe destacar que mi papá es Ingeniero Mecánico) de su profesión y de cómo funcionaba la empresa. Ante mi irritación que seguramente estaba influenciada por el síndrome pre menstrual :) le dije que cómo pretendía que el periodista supiera más que él que pasó estudiando en la Universidad 5 años Ingeniería, que me parecía tonto lo que planteaba y que el periodista seguramente le preguntó cosas “básicas” para informar bien y hacer su trabajo como corresponde. Le expuse que si se quejaba de nuestra ignorancia, debería ser un poco más analítico y darse cuenta que en cada pregunta, el periodista podía comprender mejor su profesión y la función que cumplía en la empresa. También le comenté que si él no era capaz de responder de buena manera las preguntas del reportero, la ignorancia del mismo sería terrible y que seguramente se hundiría en las tinieblas y en la oscuridad(algo irónico, claro). En ese momento lo imaginé como un superhéroe, pero en mi mente estaba con mallas rosadas juju .

En fin, tanto bla bla, para aclarar que encuentro incoherente e injusto afirmar que los periodistas somos ignorantes en temas que no son los nuestros, ¡ESO ES OBVIO!, pero nadie puede decir que no leemos, que no nos documentamos, que no estudiamos antes de hacer una entrevista o abordar un tema.

Me pregunto…el jefe de mi papá, ¿ sabrá algo de teoría de la comunicación?... ok no es su labor, pero el periodista en mi opinión, sólo trataba de entender una profesión de la cual está bastante alejado.

¿Qué tiene malo preguntar cosas que uno no sabe?, ¿Qué tiene de malo querer aclarar ciertos puntos, que como periodista, no sabes con el entrevistado que seguramente sabe más que uno?¿no es precisamente la ignorancia y la poca ética lo que más nos critican? ¿no se solucionan la ignorancia y la poca ética, a través de preguntas que nos lleven a un conocimiento más acabado del tema en cuestión? ¿No conseguimos de esta forma, dar una información más veraz?

Nadie nace sabiendo, menos en una carrera que abarca todos los ámbitos del accionar humano. Los periodistas aman su trabajo. Es necesario preguntar. Es justo hacerlo, para eso estamos, para aclarar dudas y una vez hecho esto, entregar la información a los interlocutores.

Ufff! Esto es largo y creo que tengo síndrome pre menstrual de nuevo jajaja, así que estoy algo mal genio. Creo que en mis anteriores post se delata un poco ese estado de ánimo.

Maldición soy periodista y mujer con síndrome pre menstrual… ¿Habrá algo peor que eso? :P

PD: Mi papá en la comida con su jefe, me miraba con ojos saltones. Si hubiese estado cerca mío, me pellizcaba como el chavo del 8 al Kiko.

PD2: Desde ahora y en el momento de decir que seré periodista, mis papás cambian rápidamente el tema, sobretodo en reuniones sociales.

En el próximo post, daré razones de peso, por el cual creo que las críticas son injustas…ahora sólo quería desahogarme un poco.

viernes, agosto 26, 2005

¡Recompensa! Busco a mi amada Francisca


Estoy desesperada. A punto de comenzar a poner afiches por toda la ciudad con una foto mía sonriente y que muestre a la Francisca que se perdió, la que me abandonó sin remordimientos. Hubiese preferido que me dejara sola, pero puso para su reemplazo a mi lobita esteparia, (parece que no tuvo tiempo de hacerle una entrevista personal) porque tenía los dientes más afilados que nunca y no piensa transar o tener compasión con esa Francisca que es optimista, buena para las tallas y levantadora de ánimos, incluso en casos de depresión extrema y cuando la vida de sus seres queridos está poseída por una ley de Murphy continua.

Mi melancolía me desespera y me pone aún más mal genio, porque no quiero estar conmigo, estoy insoportable. Sad girl...¡get a life and bring me back!.

El problema es que cada vez que me quiero ir para tomar unas vacaciones de mi misma, me doy cuenta que todavía no tengo la capacidad mental necesaria para hacer un viaje astral o algo por el estilo. Ni los libros de Brian Weiss con sus cd’s de música para desdoblarse, podrán ayudarme en este momento.


Mientras estoy en este estado, converso con personas que me quieren. ¿Qué hay de malo en eso?, nada...pero mi loba esteparia no puede con ellos y las expectativas de futuro que tienen para mí.

¿Cuáles son sus pronósticos? Acá voy:

(1) Mi madre habla sobre mi futuro brillante, que está respaldado por respetables tarotistas nacionales y surcos de una taza de café, que a mis ojos eran sólo candidatas a un buen lavado, pero que ante la adivina eran un presagio de que..."su hija logrará todo lo que usted quiso para su vida".

(2)Mis amigos diciéndome que me irá tan bien en mi tésis y en la defensa porque "no te cuesta nada escribir y tienes una seguridad impresionante en las exposiciones" y que, huelga decir, no tengo en la vida diaria.

(3) La Mary de la Biblioteca asegura que con la cantidad de libros que leo, tengo un gran futuro. ¡Pero! para mí esto es sólo un pasatiempo que me acompaña y en el peor de los casos es un remedio eficaz para el insomnio (más que las ovejitas).

(4) Mi hermano de 15 años que me mira para arriba-sólo en cosas de la vida, porque le llego a la barbilla- y que me dice “quiero ser como tú”. Esto, y a modo de propia predicción-sin surcos de café- le durará poco tiempo más, porque se dará cuenta que es mucho mejor que yo. Él es perseverante, condición que Dios tachó de mi lista de cualidades.

And on, and on, and on… podría seguir, pero no le permitiré a mi lobita darse cuenta que mi estado se debe precisamente al miedo (podría usarlo en mi contra y tomar a la Francisca nice como rehén para no dejarla volver).

¿Qué me da miedo? Temo no cumplir las expectativas, las de los que me quieren.

Siempre pensé que la salida de la Universidad sería un mero trámite. Horas de insomnio- que se acumularían cual kms lan pass en mi tarjeta de débito con Morfeo-, estrés y dolores de estómago, serían las consecuencias más terribles de esta experiencia.

El esfuerzo sería recompensado por la peluquería, un lindo vestido, zapatos y bolso para el “gran día”, donde mi felicidad se expresaría con una tremenda sonrisa y unas ganas terribles de sacar el dedo, como protesta, en el momento de la foto con el Rector y que serían aplacadas por mi buena educación, mi eterna vergüenza y la mirada orgullosa de mis padres.

Posteriormente, vendría la comida que sería precedida por un buen aperitivo. Luego de los antecedentes expuestos, creo que me mantendré alejada de los mozos con vino blanco y amaretto sour (podría sucumbir ante ellos por la presión) y durante la comida, masticaré más de 20 veces cada bocado, porque sufro el peligro inminente de morir ahogada ante la asfixia. Esto ante el peso que depositarán sobre mí-en cada abrazo- todos los profesores que me han dicho que soy buena alumna, mi familia y mis compañeros, que admiran mi capacidad para “no estudiar y estar siempre entre las mejores calificaciones”. Aunque los que no son amigos míos y no son testigos de mi alergia crónica al estudio forzado, siguen jurando de guata que sí lo hago…whatever.

Me doy cuenta que la salida de la U es mucho más que un cambio de status social y la falta de pase escolar. No para mí, para los demás.

Yo soy una persona que no le toma el peso a los cambios de la vida. Camino por ella entonando la canción favorita del momento, sin enterarme de los procesos. Son imperceptibles ante mi capacidad de estar siempre “en otra”.

Soy responsable, pero tengo suerte. Todo lo que quiero lo obtengo con los esfuerzos necesarios (casi mínimos, según yo) y argumentos creíbles que me hacen merecedora del sueño de turno.

Y esto es lo que asusta. Es mi preocupación. Es mi angustia. ¿Podré seguir caminando por la vida con mi calma o tendré que adoptar la postura de los demás ante ella?...espero que no, porque perdería gran parte de mi esencia.

¡Me ahogo! No por mis sueños, que me encantan y los guardo como tesoros, más bien por los sueños de los demás y la forma agobiante de contarlos y traspasarlos a mi futuro.

¡Me ahogo!, por el cristal con que me miran los otros. Por el cristal con que me observo yo y que es de otro tipo (¡y que me encanta!).

Quiero una vida simple, quiero respirar y ser libre, pero las conversaciones con mis compañeros de vida me empujan hacia el ahogo.

Y yo que sólo estaba preocupada de salir bien en la foto con el Rector y de encontrar un buen trabajo.

La sensación de triunfo, salió disparada con la velocidad de la luz, para instalarse de nuevo muy lejos de mí…

Les avisaré cuando mi Francisca preferida vuelva de sus vacaciones y les cuente llena de entusiasmo, lo feliz que está por comenzar una nueva etapa…

GrrRrrRrR (ésa fue mi lobita esteparia, se rehúsa a dejarla volver…por el momento).

jueves, agosto 25, 2005

El día de la marmota

Ví la película "El día de la marmota" cuando tenía alrededor de 15 años. En esa época mi energía púber me hacía pensar que nunca podría tener un día igual a otro. La revolución hormonal que vivía en ese momento y que mantenía a mi organismo ocupado en la ebullición que me llevaba a la adultez, no dejó que viera lo que iba a pasar con los años.

Cuando eres un adolescente, eres demasiado ingenuo y tienes muchas ganas. La vida se encarga a través de numerosas trampas y cortinas de humo, que dejes los sueños infantiles y aterrices abrumado en un invitable "Día de la marmota"...¡Horror!...no sólo es un día...son todos los días.

Así, sin fuegos artificiales o soundtracks augurando la repetición perpetua de tu existencia como en la película, ves que la monotonía en todos los ámbitos de la vida te consume sin que puedas hacer nada. ¿En todo momento de la historia fue igual?, ¿el consumismo y las responsabilidades modernas nos llevaron a ser esclavos de nosotros mismos?.

Los filósofos clásicos decían que los reglamentos eran necesarios para poder controlar a la humanidad y sus deseos de progreso.El hombre siempre quería ser mejor que el otro y no escatimaba recursos y acciones para lograrlo, aún incluyendo el sacar de su camino a través de un "accidente" a la persona que provocaba su correodora envidia. No estoy en contra de las reglas, porque evitan que nos atropellemos y permiten hablar de la manoseada "dignidad humana". Tampoco creo que es malo el querer ser mejores y tener más, pero sin duda, la ambición nos convirtió en una especie repetetiva de rutinas y esclava de sus propios deseos de grandeza.

Tengo 24 años y la emoción está guardada en el bolso que llevaba al colegio. En la Universidad, se nos abre un mundo nocturno, conocemos amigos, amigovios y novios, lo que logra distraernos también de la realidad.

Hoy estoy a cuatro meses de salir de la Universidad, gracias a mis deseos de progreso y de alcanzar metas. Me dicen que se abrirá el mundo para mí, que está a mis pies, que tengo tantas cosas maravillosas que hacer. ¿Qué veo yo? sólo la rutina de un trabajo arrollador, el cansancio, cuentas por pagar y poco tiempo para estar con mi hija.

Bueno...esto si encuentro trabajo, porque el Periodismo no es exactamente el paraíso de oportunidades y progreso laboral.

¡Ok, me lo adviertieron!... I'm guilty!...

(cantando) !Periodismo la carrera sin igual, si no estudias Periodismo para qué chucha vas a estudiar!!!... decía por algún lugar la canción de mi curso. ¡Es que me gusta tanto escribir!..pensaba yo mientras entonaba llena de risa el estribillo universitario. Ahora sólo pienso que muchos sabían las últimas palabras del estribillo, porque somos muchos periodistas :-s.

Y pensar que cuando vi "El día de la marmota", sólo quería que mi vida comenzara, tener independencia y ser libre. Sin embargo, lo único que me queda es un viejo estribillo, el miedo ante el abismo y una revista de cable, que a modo de homenaje quizás, repite la vieja película cada cierto tiempo.